Si no has ido nunca al camping con niños, todavía no conoces la felicidad completa. Así de claro. Es una experiencia inolvidable. Además, es el alojamiento preferido por la mayoría de los pequeños para pasar unos días o poder disfrutar de unas completas vacaciones. ¿Qué beneficios aporta a cada uno de los miembros del grupo familiar? De eso precisamente vamos a hablarte. Sigue leyendo.
Playa o montaña: los campings familiares
Antes que nada: ¿se dice camping o campin? Nos referimos al sitio para acampar, para disfrutar, para compartir. Es un anglicismo tan usado en nuestro idioma que ya ha sido adaptado a la nueva ortografía de la Real Academia Española. Si eres campista, ten en cuenta este detalle de calidad a la hora de buscar online tu sitio ideal. En realidad ya se puede decir campin, y el plural es cámpines.
Estos establecimientos enfocados a las familias disponen de las instalaciones ideales acordes a las necesidades de los más pequeños. Están pensados incluso para ellos, con parques infantiles, actividades específicas para niños, animación infantil, etc. Y lo más importante: seguridad. Los niños que van a campings familiares al menos una vez al año son más felices y les va mejor en el colegio. Es lo que opinan los propios padres.
Vacaciones en familia: camping con niños
Pasar unas vacaciones en un camping o en bungalows ayuda y beneficia a los niños de múltiples maneras: nuevos amigos, actividades y torneos en grupo, tiempo en familia, aprendizaje, diversión, aire libre, etc. Estas son las ventajas más destacadas:
- Fomentas su creatividad. Al igual que los adultos, cuando salen de la rutina y del entorno cotidiano, permitimos a los niños que exploren un entorno diferente que les proporciona nuevas posibilidades.
- Estimulas el desarrollo de nuevos intereses. Acampando, los niños desarrollan y mejoran sus funciones ejecutivas: mayor atención, concentración, capacidad de organización, etc. Todo ello influye en que desarrollen positivamente su coeficiente intelectual y mejoren su salud física y mental.
- Desarrollas su autonomía y su sentido de la orientación. Al situarles en entornos controlados y seguros, les otorgamos más libertad de movimiento. Ello favorece a su autoestima y contribuye a desarrollar la capacidad de localizar nuevos espacios.
- Contribuyes a su desarrollo personal. No es una opinión sin fundamentos, es un dato científico. Al tener nuevas experiencias y sensaciones, los niños liberan neurotransmisores del bienestar, que son fundamentales para el desarrollo del carácter y de las relaciones sociales con otros niños.
- Permite estrechar lazos familiares. Experiencias conjuntas que os van a dejar, a los niños y a los padres, recuerdos inolvidables. Se crean lazos de familia y momentos para siempre.
- ¡Se desconectan de la tecnología! Vivir unos días sin ordenador, móvil o tableta es, posiblemente, una opción positiva de salud mental. Hacerlo así incide en el comportamiento de los niños, fomentando la convivencia, sus relaciones sociales, la participación y la comunicación interpersonal.
- Favorecemos su conciencia ambiental. Estar en contacto con la naturaleza no solo es saludable para los niños, sino que fomenta su conocimiento sobre el medioambiente y podemos aprovechar para que aprendan a cuidarlo, respetarlo y valorarlo.
- Mejoramos su alimentación. Es lógico que con el ejercicio físico, la piscina, la playa, los niños incrementen su apetito. Es un momento ideal para elaborar comidas más sanas y sencillas, disfrutar de las barbacoas y sentir el ambiente natural de acampar en libertad. Todo ello a los niños les permite descubrir alimentos y potenciar incluso su curiosidad por nuevos sabores.
¡Si vais a viajar en familia, el camping con niños es vuestro alojamiento ideal! Sin lugar a dudas, sobre todo para los pequeños, se convertirá en su forma de viaje favorita. La importancia de generar buenos recuerdos no tiene precio.